El periodista puertorriqueño Jay Fonseca fue quien reveló públicamente la amenaza contra Bad Bunny el pasado 24 de septiembre, a través de su cuenta oficial de X (antes Twitter). En su publicación afirmó que las autoridades lograron identificar al responsable, quien además estaba armado, lo que obligó a reforzar la seguridad.
“El FBI y otros funcionarios federales estuvieron presentes durante la residencia. No está claro si estuvieron en todos los conciertos”, escribió Fonseca.
Hasta el momento, ni el FBI ni las autoridades locales han emitido un comunicado oficial, y tampoco se ha confirmado si hubo arrestos o acciones legales en contra del agresor.
Durante su residencia artística, que comenzó el 11 de julio y concluyó el 20 de septiembre, Bad Bunny presentó un espectáculo de alta producción, con escenografías inmersivas e invitados sorpresa. Uno de los elementos centrales fue una réplica a tamaño real de “La Casita”, la vivienda que aparece en su videoclip “Debí Tirar Más Fotos”, ubicada en Humacao.

Justamente en torno a esta locación también se han registrado incidentes recientes. El 21 de septiembre, se reportaron dos tiroteos frente a la propiedad sin que se reportaran heridos. El dueño de la vivienda, Román Carrasco Delgado, denunció haber recibido gritos desde vehículos en movimiento y disparos al aire. Además, interpuso una demanda civil contra el cantante por uso no autorizado de la imagen de su propiedad, solicitando una compensación no menor a cinco millones de dólares.
Este episodio resalta los crecientes riesgos a los que se enfrentan las celebridades en medio de su exposición pública. Mientras Bad Bunny continúa su gira internacional, el caso deja en evidencia la importancia de fortalecer los protocolos de seguridad ante amenazas reales surgidas en el entorno digital.




