Guadalajara, Jalisco. – En 2017, un joven llamado Luis Armando, mejor conocido como “El Chico Pony”, se volvió viral en redes sociales tras protagonizar un video en la Frikiplaza de Guadalajara, donde defendía su gusto por la caricatura My Little Pony frente a comerciantes que lo ridiculizaban, argumentando que series como Dragon Ball eran mejores. Su frase icónica, “Oye, eso es un insulto para mí”, se convirtió en meme y lo hizo blanco de bullying y humillaciones en línea.
En aquel entonces, la situación personal de Luis era complicada: su familia enfrentaba problemas económicos, él trabajaba como mandadero en la Frikiplaza y sufría problemas de salud visual que requerían cirugía en las córneas. Gracias al apoyo de algunos cibernautas, pudo recibir ayuda para su tratamiento.
Siete años después, en 2024, Luis Armando reapareció en redes de manera positiva, convirtiéndose en la estrella de un comercial de TikTok para la tienda de videojuegos “Store Friki”, utilizando nuevamente su frase emblemática. Esta vez, lejos de recibir burlas, el video recibió comentarios de apoyo y admiración por su cambio físico: usuarios destacaron su cabello largo, la ausencia de anteojos y su apariencia renovada.
La historia de Luis “El Chico Pony” refleja cómo la viralidad puede transformar la vida de una persona, pasando de ser víctima de humillaciones a un referente positivo en redes sociales y publicidad digital.
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