Comprar una vivienda representa uno de los proyectos más importantes para las familias, pero también uno de los más complejos cuando existen obstáculos financieros como la falta de historial crediticio o un registro negativo en el buró de crédito.
De acuerdo con especialistas en finanzas personales, solicitar un crédito hipotecario no es lo mismo que tramitar una tarjeta de crédito, ya que el proceso es más exigente y requiere de mayor preparación. Por ello, si un banco o institución financiera rechaza la solicitud, es posible realizar ajustes para mejorar el perfil y aumentar las probabilidades de obtener una respuesta favorable.
Educación financiera y acompañamiento
Expertos destacan que la ruta hacia la aprobación de un crédito hipotecario inicia con educación financiera, entendida como el conocimiento y manejo adecuado de los ingresos, deudas y hábitos de pago.
Además, recomiendan acudir a asesores especializados, quienes pueden orientar al solicitante dependiendo de la etapa en la que se encuentre: ya sea al momento de preparar la primera solicitud, o bien, tras haber recibido una negativa inicial.
Construcción de un buen perfil crediticio
Entre las acciones más recomendadas para fortalecer el perfil están:
Regularizar deudas pendientes.
Mantener un buen manejo de tarjetas y créditos pequeños.
Comenzar a generar historial a través de productos financieros accesibles.
Mostrar capacidad de ahorro constante.
De esta forma, los solicitantes podrán demostrar a las instituciones financieras estabilidad y compromiso de pago, dos factores clave que determinan la aprobación de un crédito hipotecario.
Una segunda oportunidad
Los especialistas subrayan que recibir un “no” no significa el fin del proceso, sino una oportunidad para corregir y fortalecer la situación financiera personal. Una vez hecho este trabajo, es posible volver a acercarse al banco con mayores probabilidades de éxito para cumplir el objetivo de adquirir la casa propia.



