La muerte de Hulk Hogan no solo dejó un vacío en el mundo del entretenimiento deportivo, sino que sacó a la luz una compleja red de decisiones familiares y financieras que han captado la atención internacional.
Tras su fallecimiento en julio de 2025 por un paro cardíaco, se reveló que el luchador excluyó de su testamento a su hija Brooke Hogan, lo que detonó una ola de especulaciones sobre un supuesto distanciamiento.
De acuerdo con documentos judiciales, Nick Hogan fue nombrado único beneficiario, recibiendo cerca de cinco millones de dólares en activos líquidos, entre los que se encuentran 200 mil dólares en criptomonedas, casi 800 mil en propiedades intelectuales y derechos de imagen, además de propiedades inmobiliarias estimadas en 11 millones de dólares que no fueron incluidas en el testamento formal.

La viuda del luchador, Sky Daily, también figura en el documento como cónyuge sobreviviente y ha anunciado una demanda por negligencia médica, derivada de una cirugía de cuello que Hogan se practicó en mayo de 2025.
Sobre su exclusión, Brooke —hija del primer matrimonio de Hogan con Linda Claridge— publicó un comunicado emotivo donde afirma que la conexión con su padre fue “sagrada”, sin importar los documentos legales.
El testamento, actualizado por última vez en 2023, ha sido validado por el tribunal, y Nick Hogan también lidera una demanda para bloquear un documental sobre el escándalo sexual de su padre.
El legado de Hulk Hogan, leyenda de la WWE y símbolo de una era dorada de la lucha libre, queda marcado no solo por sus doce títulos mundiales, sino por una vida personal llena de controversias, decisiones difíciles y una familia dividida ante su partida.




