Nacional.- El huachicol fiscal, según Pech, se detectó en 2021 cuando el SAT notó un aumento anormal en la importación de lubricantes. El truco: traer gasolina disfrazada de aceite, pagar menos impuestos, y venderla como si fuera legal.
Este mercado mueve 180 millones de litros diarios de combustibles en México, lo que lo convierte en un blanco millonario para la delincuencia organizada.
El fraude comienza en las aduanas, continúa con comercializadores autorizados por la CRE, y termina en gasolineras, incluso en algunas de Pemex.
⚠️ Riesgos para el motor y el bolsillo
Pech advirtió que los automovilistas también pagan las consecuencias:
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Gasolina con bajo octanaje daña motores y reduce eficiencia.
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Diésel alterado puede anular garantías de vehículos de transporte.
“No hay garantía de calidad en el huachicol fiscal. Si el producto daña tu auto, tú pagas los platos rotos”, sentenció.
📉 Pérdidas millonarias y riesgo para las finanzas públicas
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Pemex pierde entre 100 y 150 mil millones de pesos al año por este esquema.
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42% de sus ingresos provienen de la venta interna de combustibles.
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El IEPS que no se cobra debilita las finanzas del país.
El precio promedio de la gasolina en México es de 24 pesos por litro, pero Pemex absorbe entre 1 y 1.5 pesos de pérdida por cada litro vendido para mantener ese costo.
El huachicol fiscal es un problema invisible para muchos, pero tiene consecuencias reales: daña motores, vacía las finanzas de Pemex y pone en riesgo la economía del país. Sin controles firmes, seguirá creciendo.



