Un equipo internacional de astrónomos logró observar directamente un filamento cósmico invisible que conecta galaxias a más de tres millones de años luz de distancia, confirmando la existencia de una telaraña cósmica de gas y materia oscura que sostiene la estructura del universo. El estudio fue publicado en Nature Astronomy en 2025.
El hallazgo coincide curiosamente con la teoría desarrollada por el psicólogo y neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg, quien planteaba la existencia de una red invisible de información en el universo, llamada “Lattice”, que conecta todo y da origen a la realidad percibida.
Cómo se logró la observación
El descubrimiento fue posible gracias al instrumento MUSE, instalado en el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile. Tras cientos de horas de exposición, los investigadores lograron registrar el tenue brillo del hidrógeno ionizado, haciendo visible parte de esta estructura cósmica que conecta dos galaxias con quásares activos.
Una red que se mueve y late
Los datos muestran que la telaraña cósmica no es estática; los filamentos palpitan y transportan gas y energía, funcionando como arterias invisibles que alimentan galaxias enteras. “Acabamos de ver que lo que da forma al universo no es lo visible, sino lo invisible”, explicaron los científicos.
Implicaciones para la ciencia y la teoría de Grinberg
Este hallazgo no solo abre una nueva etapa en el estudio de la materia oscura y la evolución galáctica, sino que también revive la visión de Grinberg sobre la interconexión del cosmos. Según su teoría, la “Lattice” sería un entramado de información que influye en la realidad, aunque no pueda percibirse directamente.
A partir de ahora, los astrónomos buscarán estudiar cómo estos filamentos invisibles influyen en la formación y evolución de las galaxias, haciendo visible lo que antes solo era teórico.



