Ni siquiera el bullicio de la ciudad de Nueva York logró opacar la fuerza simbólica de una formación solemne de bomberos uniformados, formados frente al Plaza Hotel, rindiendo tributo al legado de uno de los suyos: Kenneth Marino, héroe del 11 de septiembre de 2001.
Su hija, Kristin Marino, inició su boda escoltada por los compañeros de su padre, quienes decidieron acompañarla como un gesto de amor, lealtad y memoria. La emotiva escena fue compartida por Daily Mail, que recogió los testimonios de la familia.
“Todos deseábamos que él estuviera con nosotros, pero fue muy especial tener a sus ‘hermanos’ ahí”, compartió Katrina, madre de la novia. Su hijo menor, Tyler, también se mostró conmovido durante el tributo.
Del Plaza Hotel al altar, a bordo de un camión del FDNY
Tras el emotivo encuentro frente al Plaza Hotel, los bomberos de Rescue Co. 1 trasladaron a la familia Marino en sus camiones hasta el lugar de la ceremonia: el 620 Loft & Garden en el Rockefeller Center. Ahí, la familia recreó una fotografía muy especial: cuando Kenneth subió por última vez a sus hijos a un camión de bomberos antes de acudir a la emergencia del 11-S.
Kristin también compartió un recuerdo imborrable: aquel día su padre le prometió un regalo si se portaba bien. Semanas después, su madre encontró los obsequios que él ya había comprado: una muñeca Dorothy para Kristin, un Espantapájaros para Tyler y un adorno navideño para ella.
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Una boda marcada por el amor, el arte y la memoria
La ceremonia fue íntima y simbólica. Kristin llegó al altar del brazo de su abuelo, padre de Kenneth, mientras sonaba “Blue Moon”, una canción escrita por su esposo, el cantante Noah Schnacky. La pareja se conoció en 2020 y anunció su compromiso el Día de San Valentín de 2025, con una propuesta frente al castillo de Cenicienta en Walt Disney World.
Durante la recepción, Schnacky interpretó otra canción escrita especialmente para su esposa: “I’m Not Going Anywhere”, cerrando con broche de oro una jornada llena de sentimientos encontrados.
Al final, Kristin expresó su gratitud:
“Estoy muy agradecida a los bomberos del FDNY por hacer que el día de mi boda fuera tan significativo e inolvidable”.
La presencia de los compañeros de su padre fue, sin duda, la prueba de que el legado de Kenneth Marino sigue vivo. Porque el amor de familia no se extingue… y la hermandad tampoco.



