Ciudad de México.— El tradicional “guajolocombo”, compuesto por una torta de tamal acompañada de un vaso de atole, es uno de los desayunos más populares y económicos de la capital. Sin embargo, autoridades sanitarias han advertido que su consumo frecuente representa un riesgo para la salud debido a su alto contenido calórico y bajo aporte nutricional.
De acuerdo con datos del Gobierno de México y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), una porción promedio de guajolocombo puede aportar hasta 909 calorías: un tamal con carne equivale a 510 kcal, un bolillo a 183 kcal y un vaso de atole azucarado a 216 kcal. Esta cantidad representa casi la mitad del requerimiento diario de una persona con estilo de vida sedentario.
El problema no se limita a las calorías. Nutriólogos explican que este tipo de desayuno concentra grasas saturadas, carbohidratos simples y azúcares añadidos, lo que lo convierte en un factor de riesgo si se consume de manera habitual. Además, carece de fibra y de micronutrientes esenciales.
Entre las enfermedades asociadas al consumo excesivo de alimentos como el guajolocombo se encuentran la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol alto y síndrome metabólico, padecimientos que han aumentado de manera significativa en México durante los últimos años.
Pese a la preocupación expresada por las autoridades, no existe ninguna prohibición para su venta o consumo en la Ciudad de México. Los especialistas subrayan que el guajolocombo puede disfrutarse de manera ocasional, pero no debe formar parte de la dieta diaria.
Como alternativas más saludables, recomiendan desayunos con mayor equilibrio nutricional, como avena con fruta y semillas, huevos con verduras, yogur natural con granola sin azúcar, pan integral con aguacate y huevo, o licuados sin azúcares añadidos.
El llamado principal es a moderar el consumo de alimentos altos en grasas y azúcares, e incorporar más fibra, proteína y agua natural a la primera comida del día.



