Espectáculos.- El mundo del cine despide hoy a una de sus figuras más emblemáticas. Terence Stamp, actor británico reconocido por su imponente interpretación del General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980), falleció este domingo a los 87 años de edad.
La familia del actor confirmó la noticia a través de un comunicado en el que solicitaron respeto a su privacidad y destacaron que Stamp “deja una trayectoria extraordinaria, tanto como intérprete como escritor, que seguirá emocionando e inspirando al público durante generaciones”.
Nacido en 1938 en el East End de Londres, Terence Stamp vivió su infancia bajo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Su formación actoral inició con una beca en la Academia de Arte Dramático Webber Douglas. Su debut en la pantalla grande fue en 1962 con Billy Budd, dirigida por Peter Ustinov, papel que le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto y un Globo de Oro como Revelación del Año.
Durante seis décadas de carrera, trabajó con cineastas de renombre como Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini, Ken Loach y Steven Soderbergh. Entre sus películas más destacadas están El coleccionista (1965), con la que ganó el premio a Mejor Actor en Cannes; Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994); The Limey (1999); Wall Street (1987); Star Wars: Episodio I (1999); Valkiria (2008) y Última noche en el Soho (2021), su última aparición en cine.
Además, prestó su voz a Jor-El en la serie Smallville, padre de Superman, consolidando su legado dentro del universo del superhéroe que lo volvió inmortal para varias generaciones.
Stamp también fue escritor, con tres libros publicados: una novela, una autobiografía y un recetario. En los años 60 fue parte del glamuroso “Swinging London” y mantuvo relaciones con celebridades como Julie Christie. En 2002 contrajo matrimonio con Elizabeth O’Rourke, farmacéutica australiana 35 años menor, unión que terminó en 2008.
Hasta ahora no se han reportado causas oficiales de su fallecimiento ni antecedentes de problemas de salud. Solo se confirmó que el actor murió en paz.
Terence Stamp deja un vacío irremplazable en la industria del cine, pero también una herencia artística invaluable. Su icónica frase “¡Arrodíllate ante Zod!” seguirá resonando por siempre como símbolo de una era dorada del séptimo arte.
