Ciudad de México,- Entre encapsulamientos de policías y negocios tapiados, cientos de personas se manifestaron este domingo en el sur de la capital para denunciar el creciente despojo urbano que impone la gentrificación. La protesta fue clara: tener una vivienda digna se ha vuelto inalcanzable para la mayoría de los ciudadanos.
“Con un trabajo normal aquí en la Ciudad de México no voy a poder juntar tres millones y medio de pesos para comprar una casa de apenas 60 metros cuadrados. Es imposible. Ni para mí ni para que mis hijos tengan un futuro”, expresó Arturo, uno de los jóvenes que participaron en la segunda marcha contra la gentrificación.
En esta edición, los manifestantes se alejaron de las colonias más visibles del fenómeno, como Roma y Condesa, para concentrarse en la alcaldía Tlalpan, concretamente en Santa Úrsula Xitla. Allí se construye el megaproyecto residencial Fuentes Brotantes 134, que contempla 52 viviendas en una zona catalogada como área de conservación patrimonial.
María Elena, vecina de Santa Úrsula, denunció que este desarrollo pone en riesgo la estabilidad ambiental de la zona: “Va a provocar escasez de agua y va a destruir el ecosistema del lugar. Además, la comunidad no lo aprobó. Nos lo están imponiendo”.
Denuncian complicidad institucional
Los manifestantes también señalaron que el avance de estos proyectos no sería posible sin la permisividad del Gobierno capitalino. “Los permisos para Fuentes Brotantes son muy cuestionables”, agregó Arturo. “El gobierno le está facilitando todo a los extranjeros y a las inmobiliarias”.
La marcha se da luego de que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunciara un paquete de 14 acciones para mitigar la gentrificación: freno a desalojos, regulación de precios y promoción de vivienda asequible. Sin embargo, los activistas consideran insuficientes estas medidas.
“Mientras haya desigualdad, nada de eso servirá”, reclamó Arturo. “Los ricos pueden comprar todas las casas que quieran y rentarlas carísimas. Construir más no es la solución, hay que controlar al capital inmobiliario”.
María Elena añadió que las propuestas de Brugada excluyen a los pueblos originarios, lo que amenaza con borrar lo poco que queda de las zonas patrimoniales en la ciudad.
“Queremos vivienda, el Mundial no nos importa”
Entre las consignas más repetidas de la jornada destacó: “Queremos vivienda, el Mundial no nos importa”. Y es que la Ciudad de México será una de las sedes del Mundial de 2026, junto a Estados Unidos y Canadá. Para algunos, como Marisol, de 18 años, ese evento solo servirá para encarecer aún más la ciudad.
“No estoy en contra del turismo, pero debe haber políticas que regulen su impacto. No podemos pagar nosotros el precio del ‘progreso’”, afirmó.
La manifestación fue resguardada por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y terminó con algunos actos vandálicos por parte de encapuchados, quienes realizaron pintas y rompieron vidrios del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM.



