Los gatos, a pesar de su fama de independientes, poseen una memoria más compleja y emocional de lo que muchos imaginan. Según expertos veterinarios, estos animales cuentan con distintos tipos de memoria: a corto plazo, a largo plazo y episódica. Esta última les permite asociar momentos con emociones, personas y rutinas específicas.
Por esta razón, el tiempo que un gato puede tardar en olvidar a su dueño depende directamente del vínculo afectivo que hayan compartido. Si la relación fue positiva, estable y llena de afecto, el recuerdo puede permanecer por años, e incluso toda la vida. En cambio, si la convivencia estuvo marcada por el estrés o el maltrato, el gato tenderá a desconectarse emocionalmente más rápido, pudiendo dejar atrás esos recuerdos en cuestión de semanas o meses, sobre todo si encuentra un nuevo entorno seguro.
También es común que los dueños se pregunten si sus gatos los recordarán tras ausencias prolongadas, como un viaje o compromisos laborales. La respuesta, en la mayoría de los casos, es afirmativa. Si existe un lazo fuerte, los felinos son capaces de reconocer a sus humanos mediante asociaciones emocionales, sonidos, olores y rutinas.
No obstante, factores como la edad o la salud mental del animal pueden afectar su capacidad de recordar. En gatos mayores o con deterioro cognitivo, la memoria puede debilitarse progresivamente, dificultando el reconocimiento de personas o lugares conocidos.
En conclusión, un gato puede recordar a su dueño durante semanas, meses o toda la vida, dependiendo del tipo de relación establecida y del estado físico y mental del animal.



