“Me escribe, pero no quiere verme”; “me deja en visto”; “me busca, pero luego desaparece”. Estas frases cada vez son más comunes, especialmente en la era de las redes sociales. Este tipo de comportamientos pueden formar parte de una forma de manipulación emocional conocida como breadcrumbing, una práctica que mantiene a la otra persona enganchada mediante señales intermitentes de afecto o interés, pero sin intención de construir una relación genuina.
Según la psicóloga clínica Mónica Vermani, el breadcrumbing es una forma de manipulación emocional —consciente o no— que impide que la persona afectada busque relaciones sanas, generando esperanza e ilusión con cada pequeño gesto de atención.
Narcisismo, inseguridad y apego evitativo: detrás de las migajas emocionales
Expertos como Navarro Olivas y Kelly Campbell han identificado que quienes aplican esta estrategia suelen presentar rasgos narcisistas o problemas de apego. En muchos casos, necesitan validación constante pero evitan el compromiso, ya que les genera ansiedad o miedo al abandono. Esta ambivalencia crea un ciclo de conexión y desconexión emocional que puede afectar seriamente la salud mental de la víctima.
De hecho, el llamado “refuerzo intermitente” —es decir, recibir atención de forma ocasional— mantiene a las personas atrapadas en la relación, esperando el próximo “me gusta” o mensaje que les devuelva la ilusión.
Las consecuencias emocionales del breadcrumbing
Estudios revelan que más del 30% de las personas encuestadas en España afirmaron haber sido víctimas de esta práctica. Las consecuencias pueden incluir baja autoestima, sensación de soledad, ansiedad y hasta indefensión aprendida, una condición que impide a la persona salir del patrón por creer que ningún vínculo será diferente.
El breadcrumbing no solo afecta a nivel romántico: también puede aparecer en dinámicas familiares o profesionales, donde el vínculo se mantiene confuso, sin claridad ni reciprocidad.
¿Qué hacer si crees que eres víctima?
Los especialistas recomiendan prestar atención a señales como la falta de claridad, evasión de compromisos, mensajes confusos y ausencias prolongadas seguidas de acercamientos repentinos.
La mejor defensa es una comunicación clara, límites firmes y apoyo emocional. Hablar con amistades cercanas o con un terapeuta puede ser clave para recuperar la perspectiva y romper el ciclo.
🔔 Si sientes que estás recibiendo solo migajas emocionales, no te conformes. Mereces una relación completa, clara y recíproca.