Ciudad de México.– Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres ha revelado que las cabras poseen la capacidad de modificar sus vocalizaciones de acuerdo con el entorno social en el que se desarrollan. Este hallazgo sugiere que, al igual que los seres humanos, estos animales pueden desarrollar acentos distintivos, influenciados por la convivencia con otros miembros de su grupo.
El equipo de científicos trabajó con cabras enanas y analizó sus balidos en diferentes etapas de crecimiento. Los resultados mostraron que, si bien al principio las crías presentaban pocas variaciones sonoras, con el tiempo comenzaron a emitir vocalizaciones más similares entre sí al convivir en el mismo grupo, incluso cuando no existía un parentesco biológico.
Vocalizaciones influenciadas por el entorno social
Este fenómeno, conocido como plasticidad vocal, indica que las vocalizaciones de las cabras no son completamente determinadas por la genética, sino que pueden adaptarse al ambiente social. Aunque las cabras no imitan sonidos nuevos como lo hacen los humanos o los loros, sí ajustan su forma de comunicarse en función del grupo con el que interactúan, lo cual representa una forma básica de aprendizaje vocal.
La plasticidad vocal ha sido considerada durante mucho tiempo como una característica propia de especies con mayor capacidad cognitiva. Sin embargo, este estudio demuestra que está presente en animales considerados menos complejos desde el punto de vista neurológico, como las cabras.
Un indicio de vida social compleja e inteligencia animal
De acuerdo con los investigadores, esta capacidad de adaptación vocal puede desempeñar un papel fundamental en la cohesión social entre individuos, facilitando la identificación de miembros del mismo grupo, la protección de crías o la advertencia ante posibles amenazas.
Además, se considera que este tipo de comunicación flexible es una señal de inteligencia social y representa una ventaja evolutiva. Estos resultados fortalecen la hipótesis de que la habilidad para modificar el lenguaje pudo haber sido un paso clave en el desarrollo del lenguaje humano, proporcionando pistas sobre sus posibles orígenes en la evolución.
Un fenómeno observado en otras especies
El caso de las cabras no es único. Estudios previos han documentado comportamientos similares en otras especies, como ballenas jorobadas, que desarrollan cantos diferentes según la región oceánica que habitan; loros que aprenden los sonidos del grupo con el que conviven; e incluso ratones que muestran patrones vocales regionales.
Estos descubrimientos están ampliando el concepto tradicional de inteligencia animal, al incorporar no solo habilidades individuales como la resolución de problemas o el uso de herramientas, sino también capacidades sociales como la comunicación vocal adaptativa.
Implicaciones para el bienestar animal
El reconocimiento de esta capacidad en las cabras también tiene implicaciones prácticas. Al comprender mejor su comportamiento y necesidades sociales, es posible diseñar entornos más adecuados en granjas, zoológicos o reservas naturales, favoreciendo su bienestar y la calidad de sus interacciones con los seres humanos.
En suma, el hecho de que las cabras desarrollen “acentos” propios en función de su entorno representa una prueba más de la complejidad de la vida social animal y su capacidad de aprendizaje, aspectos que aún continúan revelando nuevas dimensiones del mundo natural.