EE.UU.- El presidente Donald Trump ha ordenado una intensificación masiva de las detenciones y deportaciones de migrantes, enfocándose en ciudades gobernadas por demócratas como Nueva York, Los Ángeles y Chicago. La directiva, respaldada por un presupuesto de 45,000 millones de dólares en cuatro años, busca triplicar la capacidad de detención y realizar al menos 3,000 arrestos diarios, lo que ha provocado fuertes críticas y protestas.
El plan incluye la expansión de centros de detención, como la prisión de Leavenworth en Kansas, y contratos acelerados con corporaciones privadas como CoreCivic y Geo Group, bajo una declaratoria de emergencia nacional. Sin embargo, se han evitado redadas en sectores como la agricultura, mostrando una contradicción entre la política migratoria y la necesidad de mano de obra.
La medida ha sido interpretada como una estrategia política más que de seguridad, generando manifestaciones tanto en EE.UU. como en México, y avivando la polémica por el uso del aparato estatal con fines partidistas.