La controversia envuelve al cantante Alejandro Sanz luego de que Ivet Playà, una joven que asegura haber sido su fan y posteriormente su asistente, revelara detalles de la relación que mantuvo con él, misma que describió como traumática y abusiva.
A través de una publicación en redes sociales, Playà expuso que su vínculo con Sanz, al inicio profesional, se tornó íntimo y terminó marcando profundamente su vida:
“Se suponía que estaba viviendo un sueño, un sueño más de su mano, pero la realidad es que se convirtió en una terrible pesadilla… me siento utilizada, humillada, incluso sucia”.
El contacto entre ambos habría iniciado cuando ella tenía 18 años y comenzó a asistir a conciertos del cantante. Posteriormente, fue contratada por su equipo y se mudó a Madrid. Durante ese tiempo, según su testimonio, experimentó situaciones incómodas y llegó a sospechar que sus comunicaciones eran espiadas.
“Jugó con mis sueños, jugó con mi ilusión. Desde el principio lo sabía. Yo era una niña”, declaró Playà, al señalar que Sanz estaba consciente de su vulnerabilidad.
En otro fragmento, añadió que las acciones del cantante “traspasaron cualquier límite moral e incluso humano”, expresando que temió por su seguridad:
“A mí Alejandro Sanz me ha llevado por delante. Me ha dado miedo. Creo que vive en una realidad paralela”.
La joven dijo que decidió hablar ahora porque siente una responsabilidad moral:
“Conmigo no se firmó ningún papelito… Creo que soy de las pocas que puedo plantarme y decir la verdad. Ya está bien. Conmigo se ha equivocado”.
Las reacciones en redes sociales han sido mixtas: mientras unos usuarios la apoyan, otros cuestionan sus motivos, ya que no ha imputado ningún delito de forma directa.
Hasta el momento, Alejandro Sanz no ha respondido públicamente a estas acusaciones, aumentando el debate entre sus seguidores y medios.