Coahuila, México.– Uno de los crímenes más atroces cometidos en México durante la última década permaneció oculto durante años, hasta que fue visibilizado por una producción documental de Netflix: la masacre de Allende, perpetrada en 2011 por miembros del cártel de Los Zetas, encabezados por los hermanos Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales, conocidos como “El Z-40” y “El Z-42”.
El viernes 18 de marzo de 2011, un comando de al menos 60 sicarios ingresó al municipio de Allende, en el estado de Coahuila, con el objetivo de ejecutar un brutal castigo que terminó en el asesinato de decenas de personas, muchas de ellas ajenas al crimen organizado. Durante ese fin de semana, el municipio quedó bajo el control total del grupo criminal, sin intervención inmediata por parte de las autoridades locales o estatales.
🔥 Violencia sistemática e impunidad
El epicentro de los crímenes fue el Rancho de Los Garza, una propiedad ligada a una familia que presuntamente habría traicionado al cártel. Sin embargo, la violencia no se limitó a un solo lugar: se reportaron secuestros, torturas, desapariciones forzadas, incendios de viviendas y ejecuciones indiscriminadas. Los sicarios operaron a plena luz del día y sin oposición, mientras la población vivía horas de terror y silencio.
Aunque la cifra oficial de víctimas no ha sido plenamente determinada, testimonios recogidos por organizaciones civiles y reportajes independientes estiman que fueron al menos 42 personas desaparecidas, aunque otras versiones hablan de una cifra mucho mayor.
🧱 El silencio institucional
Durante años, el caso fue minimizado o silenciado por autoridades locales, mientras familiares de las víctimas buscaban justicia y exigían respuestas. Fue hasta que investigaciones periodísticas, activismo social y producciones como el documental de Netflix “Somos” comenzaron a visibilizar lo ocurrido, que el caso volvió al debate público nacional e internacional.
El documental relata la historia desde la perspectiva de los habitantes, revelando cómo la estructura criminal de Los Zetas actuaba con total impunidad y cómo el abandono institucional permitió una de las mayores tragedias humanas en el norte del país.
🧬 Los responsables
Los hermanos Treviño Morales, exlíderes de Los Zetas, fueron capturados por autoridades mexicanas en años posteriores: Miguel Ángel, alias “Z-40”, fue detenido en 2013, y su hermano Óscar Omar, “Z-42”, en 2015. Ambos enfrentan cargos por delitos como delincuencia organizada, secuestro, tráfico de drogas y homicidio.



