Ryan Luney volvió a hacer historia. Esta vez, su cuerpo ardía mientras realizaba una serie de acrobacias mortales: siete saltos hacia atrás en medio minuto, lo que lo convirtió en el primer ser humano en lograr esta hazaña bajo fuego constante.
El acto fue supervisado por un coordinador profesional de acrobacias y un equipo de seguridad que intervino justo después de que Luney concluyera la prueba. Según el propio Guinness World Records, es la primera vez que se registra oficialmente esta clase de récord con el cuerpo totalmente prendido fuego.
Para resistir las llamas, el acróbata utilizó una preparación extrema: varias capas de ropa especial, incluyendo camiseta, pantalones grises y una capucha resistente al fuego, todo impregnado con gel refrigerante que mantuvo en un congelador durante 24 horas. “Estaba congelándome”, relató, aunque ese sacrificio le permitió soportar las altas temperaturas.
Durante el desafío, la única preocupación de Luney era seguir moviéndose. “El oxígeno se está quemando a mi alrededor, así que si no sigo moviéndome podría resultarme muy difícil respirar y el calor sería abrumador”, explicó. A medida que realizaba los saltos, su ropa comenzó a desintegrarse parcialmente hasta que el equipo sofocó las llamas.
Un récord más en su larga lista
Este no es el primer récord de Luney. Entre sus logros anteriores destacan:
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11 saltos mortales con giro completo mientras escupía fuego en un minuto.
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12 saltos laterales bajo fuego en el mismo tiempo.
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El salto mortal hacia atrás de pie más bajo: 26,5 cm.
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Mayor número de saltos mortales hacia atrás mientras escupía fuego: 17.
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El salto de vault inverso más largo: 4,06 metros.
Con este nuevo título, Ryan Luney no solo reafirma su lugar como uno de los acróbatas extremos más audaces del mundo, sino también como un ejemplo de disciplina, preparación y coraje frente al peligro.
“Los récords están hechos para romperse”, concluyó, invitando a otros a intentar ir más allá de los límites.