Guadalajara, Jalisco.– Una adolescente de 15 años fue víctima de un intento de secuestro virtual el pasado miércoles 4 de mayo, cuando fue manipulada mediante amenazas telefónicas para abandonar su preparatoria y trasladarse sola a la ciudad de Guadalajara. Gracias a la intervención oportuna de sus padres y la rápida coordinación entre autoridades locales, el delito fue frustrado sin que se concretara ningún pago.
La joven, originaria de Ixtlahuacán de los Membrillos, se encontraba en el plantel de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en la delegación de Atequiza, cuando recibió una llamada de un número desconocido. Los extorsionadores, utilizando un lenguaje amenazante y coercitivo, le ordenaron abandonar el plantel y abordar un autobús rumbo a la capital jalisciense.
De acuerdo con Fernando López Osorio, jefe de la Unidad de Búsqueda de Guadalajara, la menor fue localizada en buen estado de salud y ya se encuentra con su familia.
“Ella se encontraba un poco desconcertada. Inmediatamente le damos las atenciones y contenciones primarias; está bien, en buen estado de salud. Nos informa que recibió una llamada donde le exigían que abandonara la escuela y abordara un autobús, bajo amenazas y palabras altisonantes”, explicó el funcionario.
Mientras la adolescente viajaba bajo presión, los delincuentes contactaron a sus padres y les exigieron la cantidad de 300 mil pesos como rescate. La familia, sin ceder a la extorsión, notificó de inmediato a la Policía Municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos, que en conjunto con la Policía de Guadalajara implementó un operativo de búsqueda.
La menor fue ubicada horas después en la Central Vieja de Autobuses de Guadalajara, donde fue resguardada y entregada a sus padres. Las autoridades brindaron atención psicológica y asesoría legal a la familia, además de abrir una carpeta de investigación para identificar a los responsables.
Aumento de casos de secuestro virtual
Este incidente pone en evidencia el creciente uso de los llamados secuestros virtuales, una modalidad de extorsión que consiste en manipular emocionalmente a la víctima mediante llamadas o mensajes, forzándola a aislarse y cortar toda comunicación con su entorno. De forma paralela, los extorsionadores se contactan con los familiares, exigiendo dinero a cambio de la supuesta liberación, usando imágenes o información falsa para sostener la amenaza.
Las autoridades recomiendan a la ciudadanía estar alerta ante llamadas sospechosas, mantener la comunicación constante con sus hijos y reportar de inmediato cualquier situación inusual.



