Ciudad de México.– En medio de una compleja situación financiera, Petróleos Mexicanos (PEMEX) ha recibido un impulso significativo con la incorporación del empresario Carlos Slim como su principal socio privado. A través de su conglomerado Grupo Carso S.A.B., el magnate mexicano ha destinado más de 2 mil millones de dólares a proyectos clave de exploración y desarrollo energético en el país.
De acuerdo con información publicada por Bloomberg, Slim ha invertido 530 millones de dólares en la adquisición de dos yacimientos petrolíferos en territorio nacional, además de comprometer 1,200 millones de dólares adicionales en el desarrollo de un ambicioso proyecto de gas en aguas profundas en el Golfo de México.
Estas inversiones llegan en un momento crucial para la paraestatal, que enfrenta una de las mayores crisis financieras de su historia. Al cierre de 2024, el saldo de la deuda de PEMEX ascendía a 97.6 mil millones de dólares, según cifras oficiales.
Durante una reciente conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió a los avances en el manejo de la deuda de la petrolera:
“Se va avanzando poco a poco, se ha pagado alrededor del 60%. Se están saldando las deudas, hay transparencia y no hay problema.”
La participación de Carlos Slim representa no solo una inyección económica sustancial para la empresa, sino también un respaldo estratégico en medio de los esfuerzos por mantener la producción energética del país. Analistas destacan que la experiencia de Grupo Carso en infraestructura y energía, así como su capacidad financiera, podrían ser determinantes para estabilizar y reactivar operaciones clave de PEMEX.
La colaboración entre el Estado y uno de los empresarios más influyentes de América Latina marca un nuevo capítulo en la historia de la petrolera mexicana, cuya viabilidad a largo plazo dependerá en buena medida del éxito de estas alianzas público-privadas.



