El invierno está llegando a su fin y con ello se acerca uno de los eventos astronómicos más esperados: el Equinoccio de Primavera. Este fenómeno marca el inicio de una nueva estación en el Hemisferio Norte, caracterizada por temperaturas más cálidas y días más largos.
El término “equinoccio” proviene del latín y significa “noche igual”. En este momento, el día y la noche tienen prácticamente la misma duración debido a la posición del Sol sobre el ecuador terrestre. En marzo, este evento señala el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur.
México y la magia del equinoccio
En México, el equinoccio es un evento de gran importancia tanto científica como culturalmente. Destaca el fenómeno en Chichén Itzá, donde la pirámide de Kukulkán proyecta una sombra en forma de serpiente descendente, demostrando la precisión con la que los mayas alineaban sus construcciones con el movimiento solar.
Miles de personas acuden a zonas arqueológicas como Teotihuacán y Chichén Itzá para recibir la primavera y “cargar energía”. Sin embargo, especialistas advierten sobre el impacto del turismo masivo en la preservación de estos sitios históricos.
A partir del 20 de marzo, los días comenzarán a ser más largos hasta llegar al solsticio de verano en junio, cuando se tendrá el día más largo del año. El Equinoccio de Primavera no solo marca el cambio de estación, sino que es un recordatorio de la conexión entre la Tierra y el cosmos.