México.-En un operativo coordinado entre México y Estados Unidos, el histórico narcotraficante Rafael Caro Quintero, conocido como el “Narco de Narcos”, fue extraditado este 27 de febrero de 2025, a pesar de contar con un amparo concedido dos días antes, según la versión de Reuters. Su entrega formó parte de una extradición masiva en la que fueron enviados 29 individuos requeridos por la justicia estadounidense, entre ellos figuras de alto perfil como los líderes de los Zetas, conocidos como el Z40 y el Z42.
La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que este operativo es parte de una estrategia bilateral para fortalecer la lucha contra el crimen organizado. La coordinación entre ambos países ha sido fundamental para garantizar que estos individuos enfrenten la justicia en Estados Unidos, donde se les imputan múltiples cargos relacionados con el narcotráfico, lavado de dinero y homicidio.
Nacido el 24 de octubre de 1952 en Badiraguato, Sinaloa, Caro Quintero fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo. Su captura en Costa Rica en 1985 se debió a su vinculación con el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena y su piloto Alfredo Zavala Avelar.
Permaneció en prisión durante 28 años hasta que en 2013 fue liberado por un fallo judicial que posteriormente fue revocado. Desde entonces, se convirtió en uno de los criminales más buscados por las autoridades estadounidenses, lo que llevó a su recaptura en Sinaloa en julio de 2022.
Desde la administración de Donald Trump, Estados Unidos ha endurecido su postura contra los cárteles de la droga, clasificándolos como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés). Esta medida ha permitido la imposición de sanciones más severas y ha abierto la posibilidad de operaciones más directas contra estos grupos.
En este contexto, la extradición de Caro Quintero y los otros 28 criminales representa un golpe estratégico para el gobierno estadounidense y un avance en la colaboración con México en materia de seguridad. La entrega de estos individuos refuerza el mensaje de que ambos países están comprometidos en la lucha contra el crimen organizado, buscando desmantelar las redes de narcotráfico que afectan la seguridad y el bienestar de la población.