Ciudad Juárez, Chih.- El pasado viernes, el sector educativo vivió una jornada de tensión con manifestaciones y paros por parte de los maestros, quienes protestan en contra de la reforma del ISSSTE 2025. Esta reforma, según argumentan los docentes, afectará de manera directa su salario integrado, con descuentos proporcionales al nivel de ingresos, lo que impactaría sus condiciones laborales y derechos como trabajadores del Estado.
Los paros y protestas han generado una fuerte división de opiniones. Mientras los maestros defienden su causa alegando que sus derechos laborales están en riesgo, algunos padres de familia expresan su molestia debido a las interrupciones en las clases de sus hijos, lo que también les obliga a reorganizarse para cuidar de ellos en horarios escolares.
El epicentro de las manifestaciones del viernes fue en los campos Cheramis, donde los docentes lanzaron consignas en contra del dirigente de la sección Octava del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a quien calificaron de “traidor” por no respaldar adecuadamente su lucha. Los inconformes señalan que no se sienten representados ni apoyados por su líder sindical.
Por otro lado, hay padres de familia que consideran injustas las críticas hacia los maestros, reconociendo que son ellos quienes educan y forman a sus hijos día con día. Argumentan que los docentes también tienen necesidades y que no están realizando los paros de manera arbitraria, sino en defensa de sus derechos laborales.
El punto central del reclamo de los maestros es el incumplimiento de los compromisos que, según ellos, el presidente Andrés Manuel López Obrador había hecho respecto a la edad de jubilación y las aportaciones salariales. Ahora, los manifestantes esperan que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, tome cartas en el asunto y atienda sus demandas.
Mientras tanto, la tensión sigue en aumento y se espera que en los próximos días continúen las protestas y movilizaciones. La comunidad educativa, incluyendo docentes, alumnos y padres de familia, se encuentra en vilo, a la espera de soluciones que permitan conciliar los derechos laborales de los maestros con la garantía del derecho a la educación de los estudiantes.



