Las personas retornadas relataron a EFE haber padecido maltrato en Estados Unidos antes de llegar al Centro de Atención de Deportados que acondicionó el gobierno mexicano en Tijuana, la mayor ciudad en la frontera, a 15 kilómetros del puerto fronterizo El Chaparral, donde pasan dos días y obtienen transporte a sus lugares de origen.
Iván Ramos Reyes, originario de Chihuahua, refirió que el maltrato y la forma en la que lo detuvieron, después de casi una década en Estados Unidos, le generó una experiencia “amarga y frustrante”, pues de un momento a otro “se acabó el sueño de estar allá”