Un video viral ha captado la atención de millones de personas en redes sociales: un niño montando una llama a gran velocidad mientras se dirige a la escuela. La destreza del pequeño, quien lleva su mochila a la espalda y se mantiene firme sobre el animal, ha generado una oleada de reacciones en diversas plataformas digitales.
Si bien el video despertó asombro por lo inusual de la escena, varios usuarios aclararon que la historia detrás de la imagen no fue completamente contada. En los comentarios, se reveló que el protagonista del video es Jhoel, un niño originario de la provincia de Cotopaxi, en Ecuador. Además, se destacó que la grabación no es reciente, sino que data de 2022 y fue realizada en los páramos ecuatorianos, donde el uso de llamas como medio de transporte sigue siendo una práctica habitual.
Una tradición ancestral que se mantiene viva
En varias comunidades rurales de Ecuador, la utilización de llamas como medio de transporte es una costumbre que se mantiene desde tiempos ancestrales. Lejos de ser una rareza, esta práctica representa una conexión profunda con las tradiciones indígenas del país y su cultura andina. De hecho, eventos como la carrera de llamas buscan preservar estos valores y reforzar el vínculo entre las nuevas generaciones y sus costumbres.
Pese a la confusión inicial en redes sociales sobre la procedencia y contexto del video, el material ha sido recibido con admiración y respeto. En Facebook, por ejemplo, la publicación ha acumulado más de 129 mil reacciones, y los comentarios destacan la resiliencia del niño y la estrecha relación que mantiene con su llama.
“La necesidad abre esa enorme humanidad de adaptarse y buscar alternativas. No lo puede comprender quien no la vivió”, comentó un usuario. Otro agregó: “Qué hermoso, la complicidad que debe tener con la llama para que lo deje montar, maravilloso. No hay excusa para no llegar a la escuela”.
Este caso no solo ha causado furor en redes sociales, sino que también ha puesto en el foco público las costumbres ancestrales que aún persisten en comunidades rurales del Ecuador, demostrando cómo la tradición y la modernidad pueden coexistir.