Gestionar tu pensión ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es un paso crucial para asegurar estabilidad financiera en la jubilación, pero puede ser complicado si no se presta atención a los detalles. Este proceso resulta especialmente importante para quienes cotizan bajo el régimen de la Ley 73, aplicable a aquellos que comenzaron antes del 1 de julio de 1997.Conocer los errores más frecuentes y cómo evitarlos puede marcar la diferencia en el monto de tu pensión.
1.- Documentación incompleta
Uno de los mayores inconvenientes es no llevar toda la documentación requerida. La ausencia de algún documento puede retrasar tu solicitud o incluso causar su rechazo. Antes de iniciar el trámite, verifica que cuentas con:
Acta de nacimiento.
Número de Seguridad Social (NSS).
Identificación oficial vigente.
Comprobante de domicilio (no mayor a seis meses).
Estado de cuenta bancario con CLABE interbancaria.
Estado de cuenta de tu Afore.
Tener todos los documentos en orden evitará contratiempos en el proceso.
2.- Datos personales inconsistentes
La falta de coincidencia entre tus datos registrados en el NSS, RFC, CURP y Afore es otro de los problemas habituales. Cualquier discrepancia puede complicar el trámite o invalidar tu solicitud.
Para corregir errores, utiliza el portal de Corrección de Datos del Asegurado del IMSS.Asegúrate de que tu información esté actualizada y sea uniforme en todas las instituciones relacionadas.
3.- Pérdida de vigencia de derechos
Si no estás cotizando actualmente en el IMSS, es fundamental que confirmes si tus derechos están vigentes. Según las disposiciones de la Ley del Seguro Social, tus derechos se conservan por una cuarta parte del número de semanas cotizadas.
Si has dejado de cotizar por más de tres años, deberás trabajar al menos 26 semanas para recuperar tus derechos.
Si han pasado seis años o más, necesitarás cotizar al menos 52 semanas para reactivarlos.
Revisa tu Constancia de Semanas Cotizadas para asegurarte de que estás dentro del período de conservación de derechos.
4.- Falta de registro de beneficiarios
Olvidar registrar a tus beneficiarios puede afectar a tu familia tras tu fallecimiento, ya que esto limita su acceso a los beneficios derivados de tu pensión. Los porcentajes de pensión se distribuyen según el parentesco:
Esposo(a) o concubino(a): 15%.
Hijos menores de 16 años: 10% por cada uno.
Hijos de entre 16 y 25 años que estudien: 10%.
Hijos con discapacidad: 10%.
Padres dependientes económicos: 10%.
Registrar a tus beneficiarios asegura que tus seres queridos reciban el apoyo económico necesario.
5.- Falta de planificación financiera para la pensión
Muchos trabajadores no saben cuántas semanas han cotizado ni cuánto tienen acumulado en su Afore. Esto puede llevar a cálculos inexactos y a no optimizar el monto de la pensión.
Una estrategia efectiva para quienes están bajo la Ley 73 es inscribirse en la Modalidad 40, que permite aumentar tanto las semanas cotizadas como el promedio salarial. Para aprovechar esta opción, se recomienda contar con al menos 900 semanas cotizadas antes de inscribirse.
6.- Gastos innecesarios en asesorías
Aunque es común buscar ayuda profesional, muchas personas pagan por asesorías que pueden obtener gratuitamente en el IMSS o a través de especialistas confiables.
El IMSS ofrece herramientas y orientación sin costo para calcular tu pensión. Antes de contratar servicios externos, verifica que las personas o instituciones que consultes tengan experiencia en este ámbito y asegúrate de que no estás pagando por información accesible de manera gratuita.
Tramitar tu pensión es un paso determinante para tu bienestar en la jubilación. Evitar estos errores comunes, planificar con anticipación y mantener tus documentos y datos en orden puede ahorrarte problemas y maximizar los beneficios que recibirás. Si tienes dudas, acércate al IMSS o a un asesor certificado para recibir apoyo durante este proceso crucial.
