Desde 2016, en México se legisló para que las pensiones se dejaran de basar en el salario mínimo para las actualizaciones anuales. Este proceso, que se denominó desindexación del salario mínimo, tenía como propósito permitir que los sueldos crecieran en México, pues antes el salario mínimo se mantenía porque estaba ligado a otros pagos, como las multas, obligaciones fiscales y hasta con los créditos de vivienda. También tenía una relación directa con las pensiones otorgadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Cabe destacar que, antes del 2016 que el salario mínimo estaba ligado a multas, créditos de vivienda y demás obligaciones, los incrementos anuales eran casi siempre de alrededor del 3 por ciento o menos. Y ese era el ritmo con el que iban creciendo las pensiones de quienes ya contaban con ese beneficio. Pero desde que se dejó de considerar el salario mínimo para los asuntos antes mencionados, se dio oportunidad de que los sueltos de los trabajadores pudieran aumentar de forma más agresiva.
Como resultado, lo que pasó en esta legislación es que los montos de las pensiones existentes de la Ley 73 del IMSS también se desindexaron del salario mínimo y empezaron a actualizarse año con año tomando como base la inflación anual. Esto con el propósito de que las pensiones pudieran mantener su poder adquisitivo. De esta forma, las pensiones se pagan con base en la Unidad de Medida y Actualización (UMA) que se actualiza con la inflación y no más con el salario mínimo.
Esto significó que los salarios mínimos pudieron crecer hasta un 170 por ciento acumulado en los últimos años, mientras que los montos de las pensiones existentes apenas lo hicieron a ritmos aproximados al 4 por ciento anual. Esto genera que los viejos pensionados queden muy rezagados en cuanto al monto que reciben, respecto a quienes se han jubilado en los años posteriores ya con la base del salario mínimo más alto.
Por ejemplo, este 2024, por ejemplo, el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) fue de $108.57 pesos. A este nivel llegó desde los $75.49 pesos que valía en 2017, un año después de su entrada en vigor como nuevo factor para el pago de pensiones. En ese 2017, ya el salario mínimo fue de $80 pesos, ligeramente más alto que la UMA. Pero en este 2024, el salario mínimo fue de $248 pesos, muy por encima de los $108 pesos de la UMA. Esa distancia se refleja en las pensiones de años anteriores con las nuevas.
Cabe destacar que, para el año 2025, ya se estableció que el incremento del salario mínimo será del 12 por ciento. Esta cifra es distante de los incrementos de años anteriores. Es así que para el año próximo el salario mínimo sería de casi $280 pesos y con base en ese monto, quienes lleguen cotizando en 2025 y se pensionen en este año con la mínima, usarán ese salario para el cálculo de su pensión.
Mientras tanto, los pensionados por Ley 73 del IMSS de años anteriores – cuyo pago mensual se actualizará con la UMA – verían un incremento de entre el 4 al 4.5 por ciento, según las estimaciones de diversos analistas de pensiones. Lo anterior implica que la nueva pensión mínima de 2025 por Ley 73 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sería de más de $9400 pesos, muy por encima de la que tienen los viejos pensionados.
Ojo: Quienes deseen obtener esta pensión y hayan dejado de cotizar este 2024 y estén esperando la entrada de 2025 para tramitar su pensión con base en el incremento del salario mínimo del año que viene, deben saber que esto no funciona así y solo tendrían la actualización por la inflación.
Esto significa que el salario que se usa para el cálculo de la pensión mínima, es aquel del año en el cual el trabajador dejó de cotizar. Entonces, si quieres una pensión por Ley 73 del IMSS con los valores de 2025, lo ideal es que la tramites después de cotizar algún tiempo – dos meses preferentemente – en este año, ya que de lo contrario, se tomará como referencia el salario vigente de 2024.