Una estudiante destacada
Kaylee era una estudiante destacada que había ganado un lugar en la Sociedad Nacional de Honor durante su etapa escolar. A pesar de ser consciente de que la adicción era un problema familiar, inicialmente se limitó a consumir marihuana los fines de semana con amigos. Sin embargo, tras abandonar la escuela a los 17 años con la intención de ahorrar para la universidad, su vida tomó un rumbo descendente.
La decisión de rodearse de malas influencias llevó a Kaylee a experimentar con sustancias más fuertes, incluido el uso de metanfetaminas. Este consumo culminó en un trágico episodio de autolesión el 6 de febrero de 2018, apenas unos días antes de ingresar a un centro de rehabilitación.
Pensé que todo terminaría abruptamente y que todos morirían si no me arrancaba los ojos inmediatamente”, declaró Kaylee sobre su estado mental en ese momento.
El día del incidente Kaylee consumió una dosis mayor a la habitual de metanfetamina, lo que la dejó en un estado de alucinación prolongado. En su confusión, caminó hacia una iglesia cercana, creyendo que necesitaba sacrificarse para salvar al mundo.
Metí el pulgar, el índice y el dedo medio en cada ojo. Agarré cada globo ocular, lo retorcí y tiré hasta que cada ojo salió de la órbita. Fue una lucha enorme, lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida”, relató.
Tras el indcidente, Kaylee fue auxiliada por testigos y trasladada a un hospital, pero los daños en sus órganos oculares eran irreparables. Ella explicó que cuando preguntó a amigos y familiares códmo se veía después del incidente, le describieron que en sus cuencas oculares había tejido rojo y una mancha blanca donde antes estaban sus ojos.