El pasado viernes 11 de octubre, Pemex confirmó un grave incidente en la refinería Deer Park, Texas. Una fuga de gas amargo causó la muerte de dos trabajadores y afectó a otros 35, de los cuales 13 permanecen hospitalizados, aunque se reportan estables. Este hecho ha generado preocupación tanto por la seguridad de las operaciones como por las implicaciones de la gestión en la refinería, que Pemex adquirió recientemente.
Las víctimas no eran empleados de Pemex
En la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, Víctor Rodríguez, director de Pemex, señaló que las víctimas mortales no eran empleados directos de la compañía, sino de empresas subcontratadas para tareas de mantenimiento. Aunque las identidades de los fallecidos no se han revelado, Rodríguez confirmó que las víctimas eran mexicanos, trabajadores de firmas externas que realizaban labores de mantenimiento en la zona afectada.
El accidente se produjo cuando ambos trabajadores se encontraban directamente en la zona de impacto del gas. La recuperación de sus cuerpos fue compleja debido a la contaminación residual en el área afectada, lo que retrasó la entrada de los equipos de rescate.
La seguridad en Deer Park bajo escrutinio
Este incidente ha reabierto el debate sobre la seguridad en las operaciones de la refinería Deer Park. Inaugurada bajo el control de Pemex en 2021, esta planta ha sido clave para los planes energéticos de México. Sin embargo, este accidente levanta preocupaciones sobre la capacidad de Pemex para gestionar operaciones internacionales de alto riesgo.
Las investigaciones para determinar las causas de la fuga están en curso, y se espera un análisis detallado del “origen raíz”, como indicó Rodríguez. Hasta ahora, no se han dado detalles específicos sobre lo que provocó la liberación del gas nocivo.
El impacto en la producción de Deer Park y Dos Bocas
El accidente en Deer Park llevó a la suspensión temporal de cuatro plantas dentro de la refinería, lo que disminuyó drásticamente la producción, que usualmente alcanza los 320,000 barriles diarios. A pesar de la gravedad del incidente, Pemex está trabajando rápidamente para reanudar las operaciones, con la expectativa de volver a su capacidad habitual en los próximos días.
Paralelamente, la refinería de Dos Bocas, en México, sigue operando al 80% de su capacidad, según señaló el director de Pemex. Esta nueva planta forma parte de la estrategia de autosuficiencia energética del país, que busca reducir la dependencia de importaciones de combustibles.
Evaluación ambiental y medidas de seguridad
Afortunadamente, las autoridades locales de Texas, incluyendo la autoridad ambiental y el condado de Harris, han dado su visto bueno sobre la calidad del aire en las inmediaciones de Deer Park, señalando que ya no existen riesgos para la población ni para el entorno. La fuga de gas, aunque grave, no parece haber causado un impacto ambiental severo.
No obstante, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades cercanas a las instalaciones petroleras en ambos lados de la frontera han alzado la voz, exigiendo mayor transparencia y mejores medidas de seguridad en las operaciones de Pemex, tanto en Deer Park como en las plantas de México.
¿Qué sigue para Pemex?
El accidente en Deer Park deja en evidencia los riesgos inherentes a la industria energética y las dificultades para garantizar la seguridad en operaciones complejas. Mientras las investigaciones avanzan, Pemex se enfrenta a una tarea crucial: asegurar que este tipo de incidentes no se repitan, manteniendo la confianza en su capacidad para manejar una de las refinerías más importantes de su portafolio.
Las consecuencias de este incidente serán vigiladas de cerca, tanto por el gobierno mexicano como por los organismos internacionales, que observarán de qué manera Pemex responde ante la tragedia y qué medidas tomará para prevenir futuros accidentes.
LaVerdadNoticias
L.C.