Ciudad de México.- Pese a todo lo que se dice de Julio César Chávez por sus pasadas adicciones, el expugilista es un padre que desea lo mejor a sus hijos, tal es el caso que acaba de confesar que estuvo al borde de la muerte por la tremenda preocupación por su hijo mayor, Julio César Chávez Jr., reconociendo que en el punto más fuerte de su adicción el verlo como “loco” le causó tal dolor que casi lo mata y más de pensar que no iba a lograrlo.
El historial de la familia Chávez con las adicciones es extenso, pues la mayoría de sus famosos integrantes han pasado por esto, especialmente Julio padre e hijo. Sin embargo, en los últimos años ha sido el primogénito de la leyenda del box mexicano quien más ha dado de que hablar con el tema, pues aunque se suponía que se había rehabilitado, el hermano de Omar Chávez fue detenido por manejar en un mal estado y además portar armas de fuego.
Y ahora, a tan solo uno días que de que dé inicio el reality show de la familia del pugilista en Disney, el próximo 11 de septiembre, Julio brindó una serie de entrevistas en las que abrió su corazón, como el hecho de que sintió que el momento del reality, llegó en su peor momento, pues atravesaban “por algo muy estresante, muy duro para la familia. La única que me hablaba era mi hija. Parece que este reality nos unió más y parece que los astros se alinearon y al final a mi hijo Julio le cayó un rayito de luz y pudo participar en la serie”.
Ante este hecho, el padre de Nicole Chávez destacó que llegó a pensar en retractarse de que se realizara un programa sobre ellos, especialmente porque genuinamente consideró que en cualquier momento perdía a su Julio Jr. en sus adicciones y eso lo estaba a él teniendo una crisis: “Yo no quería que se ventilara más todo lo que estaba sucediendo, porque Julio tenía un santo desmadre que no podíamos parar, estábamos muy preocupados por su salud, sentí que se me iba a morir en cualquier momento. Yo esperaba el momento, la llamada que dijeran ‘Julio ya se murió'”.
Finalmente, Julio César fue a Los Ángeles para apoyar a su hijo, para demostrarle que sí estaba a su lado para darle todo su amor, incluso destacó que él iba a proponerse tener que ser él quien enfrente las consecuencias de los actos de su primogénito: “Fui a Los Ángeles, lo miré como loquito, no me conoció, moviendo la cabeza para todos lados y se me salieron las lágrimas. Dije, ‘cómo es posible, Dios mío, que no pueda ayudar a mis hijos. Fue muy doloroso, platiqué con mi mujer, me senté y dije ‘vamos a hacerla’, que sea lo que Dios quiera'”.
Tribuna
A.H.