La tercera ola de calor que azota a diversas entidades del país ha llevado a la suspensión de clases en cientos de escuelas de nivel básico, donde las altas temperaturas en algunos casos ha rebasado los 40 grados.
En el estado de Chihuahua, las temperaturas extremas, que oscilan entre los 40 y 45 grados centígrados, han forzado a las autoridades educativas a tomar medidas drásticas para proteger la salud de los estudiantes.
A partir de este viernes, cerca de 250 mil estudiantes de Ciudad Juárez terminarán el ciclo escolar casi un mes antes de lo programado.
Esta decisión fue anunciada por Maurilio Fuentes Estrada, subsecretario de Educación de la Zona Norte del estado de Chihuahua, quien destacó que la suspensión de clases es una respuesta necesaria ante la ola de calor que afecta a la región fronteriza con El Paso, Texas.
Según la Secretaría de Educación de Chihuahua, en Ciudad Juárez hay un total de 293 mil alumnos entre preescolar, primaria y secundaria que constituyen el nivel básico. Al sumar los bachilleratos y universidades, la cifra total de estudiantes asciende a más de 450 mil.
De este grupo, solo las escuelas equipadas con sistemas de climatización continuarán con sus actividades hasta el 27 de junio, siempre y cuando las condiciones lo permitan.
El funcionario estatal reconoció que a las altas temperaturas se debe sumar otras problemáticas en las escuelas de la entidad.
“Tenemos dos problemáticas, el agua y la luz. Aquí en Ciudad Juárez y en el estado hay sequía, hay problemática con el agua. Vemos escuelas donde el agua no es suficiente y tiene que entrar la Junta de Aguas a llenar los tinacos (depósitos) que tenemos”, señaló Fuentes Estrada.
Esta situación se agrava con la falta de suministro eléctrico adecuado, esencial para mantener en funcionamiento los sistemas de aire acondicionado en las aulas.
La ola de calor ha impuesto un desafío significativo para las autoridades y la comunidad educativa. En los próximos 15 días, se espera que el termómetro supere los 40 grados en al menos siete ocasiones, lo que hace insostenible mantener las clases en condiciones seguras para los estudiantes y el personal docente.
La situación actual también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura escolar frente a fenómenos climáticos extremos. La falta de agua y los problemas con el suministro eléctrico han sido factores determinantes en la decisión de suspender las clases, destacando la necesidad de inversiones y mejoras en estos aspectos críticos para garantizar un entorno educativo adecuado.
En este contexto, las autoridades han instado a los padres de familia y a la comunidad en general a tomar precauciones adicionales para protegerse del intenso calor y mantenerse hidratados.