Nuevo Laredo.-Cuando la pequeña de 5 años salió al patio de su escuela, el jardín de niños Profa. y Lic. María Elsa Alejandro Guadiana, en la colonia Voluntad 4, nadie imaginó que los juegos infantiles se convertirían en una pesadilla.
Perros callejeros, que habían encontrado su camino dentro de las instalaciones, la atacaron inesperadamente, lo que le provocó que cayera y se fracturara el brazo.
“La niña estaba corriendo, jugando, como cualquier día normal en la escuela, cuando los perros la tiraron al suelo”, relató su madre, aún tratando de asimilar los dramáticos eventos del día anterior.
Fue una llamada a las 10:50 de la mañana, lo que alertó a la familia sobre el incidente. Al llegar, la madre se encontró con su hija, el brazo visiblemente hinchado y deformado.
“No era sólo un golpe, el brazo estaba fracturado”, dijo, aún en shock.
Tras una rápida visita al hospital, se confirmaron los peores temores: el brazo estaba fracturado y requeriría cirugía inmediata. Dos clavos fueron insertados para estabilizar la fractura.
Ahora, enfrenta meses de rehabilitación. El costo financiero del incidente ascendió a más de 30 mil pesos, un golpe duro para la economía familiar.
Este trágico evento pone de manifiesto un problema que ha sido pasado por alto durante demasiado tiempo: la presencia de perros callejeros en las inmediaciones de las escuelas.
A pesar de que el jardín de niños está rodeado por barda con rejas, las aberturas en los portones son lo suficientemente grandes para permitir la entrada de los animales.
“Siempre se meten los perros”, comentó la madre, indicando que este no es un hecho aislado.
La escuela, a la que se buscó para obtener comentarios, estaba cerrada y no fue posible contactar a sus representantes.
Este incidente, afirmaron madres entrevistadas, muestra la urgente necesidad de medidas de seguridad adicionales para proteger a los niños y garantizar un entorno seguro dentro de las instituciones educativas. La madre de la pequeña, quien ha optado por mantenerse anónima, hace un llamado a la acción.
“No queremos que esto le pase a otro niño”, expresó, con la esperanza de que su historia sirva como un punto de inflexión y estimule a las autoridades y a la comunidad a tomar medidas.
Cuando la pequeña de 5 años salió al patio de su escuela, el jardín de niños Profa. y Lic. María Elsa Alejandro Guadiana, en la colonia Voluntad 4, nadie imaginó que los juegos infantiles se convertirían en una pesadilla. Perros callejeros, que habían encontrado su camino dentro de las instalaciones, la atacaron inesperadamente, lo que le provocó que cayera y se fracturara el brazo.
“La niña estaba corriendo, jugando, como cualquier día normal en la escuela, cuando los perros la tiraron al suelo”, relató su madre, aún tratando de asimilar los dramáticos eventos del día anterior.
Fue una llamada a las 10:50 de la mañana, lo que alertó a la familia sobre el incidente. Al llegar, la madre se encontró con su hija, el brazo visiblemente hinchado y deformado.
“No era sólo un golpe, el brazo estaba fracturado”, dijo, aún en shock.
Tras una rápida visita al hospital, se confirmaron los peores temores: el brazo estaba fracturado y requeriría cirugía inmediata. Dos clavos fueron insertados para estabilizar la fractura. Ahora, enfrenta meses de rehabilitación.
Pagar 30 mil pesos
El costo financiero del incidente ascendió a más de 30 mil pesos, un golpe duro para la economía familiar. Este trágico evento pone de manifiesto un problema que ha sido pasado por alto durante demasiado tiempo: la presencia de perros callejeros en las inmediaciones de las escuelas.
A pesar de que el jardín de niños está rodeado por barda con rejas, las aberturas en los portones son lo suficientemente grandes para permitir la entrada de los animales.
“Siempre se meten los perros”, comentó la madre, indicando que este no es un hecho aislado. La escuela, a la que se buscó para obtener comentarios, estaba cerrada y no fue posible contactar a sus representantes.
Este incidente, afirmaron madres entrevistadas, muestra la urgente necesidad de medidas de seguridad adicionales para proteger a los niños y garantizar un entorno seguro dentro de las instituciones educativas. La madre de la pequeña, quien ha optado por mantenerse anónima, hace un llamado a la acción.
“No queremos que esto le pase a otro niño”, expresó, con la esperanza de que su historia sirva como un punto de inflexión y estimule a las autoridades y a la comunidad a tomar medidas.
Con Información de Comunicado